El proyecto consistía en rehabilitar la antigua masía Villa Joana, documentada desde el siglo XVI, situada en Vallvidrera, en el Parque de Collserola y conocida mayormente por la muerte del poeta Jacinto Verdaguer en dicha masía el 10 de junio de 1902.

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Se debía realizar un hotel, por lo cual se nos proporcionó todo un programa con lo necesario para este. La historia del edificio y la belleza del mismo, indicaban que las modificaciones que se llevaran a cabo en su interior, y sobre todo en su fachada, debían de contar con una delicadeza especial.

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La complejidad del programa, desde conocer y diferenciar los recorridos del personal del hotel y los huéspedes, así como la cocina y sus accesos, salidas de residuos, ascensores, montacargas, parking, instalaciones, las escaleras principales y su protección contra incendios, hasta llegar a las habitaciones y realizar todos los detalles constructivos necesarios para entender el proyecto y sus materiales, la remonta en las actuales terrazas, para poder colocar las habitaciones. Se convierte en esa búsqueda de soluciones, que da respuesta a la realización del proyecto.

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La habitación se divide en dos partes, entrando a ella con visuales al paisaje, en la primera parte se encuentra la estancia dormitorio, con una cama de matrimonio y frente a esta un pequeño aseo con lavabo y WC. Atravesando esta estancia, encontramos una salita de estar y una compartimentación con bañera, ambas con vistas al exterior. De manera que la bañera pueda ventilar correctamente a través de fachada. Todas las estancias se relacionan mediante dos diagonales. Los dos núcleos de agua forman una diagonal, mientras que la estancia del dormitorio y sala de estar, forman la otra. Así conseguimos una zona más tranquila y de descanso, desde la cual puedes disfrutar igualmente de las visuales y una zona más activa hacia el paisaje. Esta última ocupa la galería existente en planta primera y en planta segunda.

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Esta fue la segunda rehabilitación realizada en la carrera, durante mi cuarto año, siendo de muchísima más complejidad que el Vivero de empresas de Igualada, de segundo curso. Pero aprendiendo de cada uno de los detalles que me iba encontrando.